•  La Torre Eiffel, Francia

Se trata del edificio más alto de París y uno de los lugares más visitados de la ciudad -¡y del mundo!-: y es que la Torre Eiffel, con sus 324 metros de altura, recibe una media de 7 millones de visitantes todo el año.

Fue construida por Gustav Eiffel con motivo de la Exposición Universal de 1889 con intención de ser desmontada al finalizar, pero para suerte de todos, permaneció gobernando el paisaje parisino. De hecho, durante 41 años, hasta la construcción del Empire State Building, fue el edificio más alto del mundo. Ya sea en ascensor o subiendo los 1.665 escalones, una experiencia obligada es la de admirar las vistas de París desde lo más alto de la torre. Aunque tampoco tiene ningún desperdicio contemplarla desde la lejanía, al atardecer, cuando el monumento se ilumina y se convierte en el principal protagonista del skyline parisino. 

 

• La Alhambra, España

 

3,5 millones de personas visitan cada año La Alhambra, uno de los monumentos más hermosos del mundo y el más visitado de España. Y es que este conjunto de palacios, jardines y fortaleza comenzó a construirse por orden de los monarcas nazaríes del Reino de Granada en 1377 y cuenta con tantos rincones bellos que merece la pena dedicarle toda una jornada a su visita. El Patio de los Leones, el Generalife o el Palacio de Carlos V son solo algunas de sus joyas. Los Jardines Nazaríes, cuidadosamente mimados día a día por los jardineros de la Alhambra, son maravillosos para pasear y relejarse.

La Alhambra se encuentra situada a los pies de Sierra Nevada, en un enclave sin igual, y no solo merece la pena descubrir sus entrañas. Ver atardecer desde cualquiera de los miradores con vistas a ella, como, por ejemplo, el de San Nicolás, es una experiencia que no se olvidará. Entenderás enseguida por qué se trata de uno de los lugares más visitados del mundo.